Las auroras boreales vuelven a iluminar los cielos valencianos

 

Una aurora boreal ha sido observada durante la pasada noche en varias localidades de España, entre ellas, el Alto Turia, donde desde la localidad de Aras de los Olmos han registrado algunas de las fotos más espectaculares de este increíble fenómeno (imágenes AstroAras, Big History Aras)

Es la segunda vez en el año que se registra este fenómeno en latitudes muy bajas del hemisferio norte. La primera fue en mayo. Las auroras son efectos luminosos que se generan en las capas superiores de la atmósfera y tienen apariencia de arcos, bandas o cortinas. Se forman por la interacción del viento solar y el campo magnético de la Tierra.

Las auroras se forman por la interacción del viento solar y el campo magnético de la Tierra. A diferencia de los fenómenos meteorológicos habituales, se generan por encima de la troposfera, a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros de la superficie terrestre. Es más común observar estos destellos de luz en los polos porque son las zonas donde el campo magnético de la Tierra es más débil.

El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años. El sol está aproximándose al pico de actividad de este ciclo, de acuerdo con las manchas solares observadas, que indican una gran actividad magnética, erupciones solares atmosféricas y eyecciones de masa coronal.

Esta gran actividad de la estrella de nuestro sistema emite partículas cargadas eléctricamente que se dirigen a la Tierra gracias al viento solar. Al acercarse a la termosfera y exoesfera (las capas superiores), los electrones y protones colisionan con los átomos de los gases. Esas colisiones provocan que los electrones de los átomos de nitrógeno y de oxígeno asciendan temporalmente a un estado energético superior, excitado, y vuelven a recuperar los niveles normales. En el proceso, se emiten fotones de luz con distintas longitudes de onda que conforman las auroras.

Además de generar auroras, estas tormentas geomagnéticas tienen potencial para perjudicar severamente al suministro energético y de electricidad en diferentes puntos de la Tierra. El fenómeno se ha dejado ver mejor en zonas alejadas de los centros urbanos, donde la contaminación lumínica no perjudica la visibilidad del cielo nocturno.

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