Las excavaciones en Valencia La Vella desvelan evidencias de una reocupación musulmana en el siglo VIII
Los trabajos realizados por el grupo de expertos y
estudiantes del séptimo Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda de Valencia
La Vella han aportado nuevos datos sobre el carácter urbano de este enclave
predominante en el Mediterráneo. Una ocupación que no solo se circunscribe a la
época visigoda, sino que indica que la ciudad pudo ser ocupada en el siglo VIII
por un asentamiento musulmán.
Del 1 al 19 de julio se ha celebrado el séptimo
Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda de Valencia La Vella, gracias al
convenio marco firmado por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria y el Institut
Català d’Arqueologia Clàssica en 2016. Un año más la excavación ha estado
coordinada por Albert Ribera, con la dirección arqueológica de Òscar Caldés y
Josep Maria Macias.
La excavación arqueológica de este año ha consistido
en el desarrollo de extensos trabajos de rebaje mecánico de los niveles
agrícolas contemporáneos, con el fin de adecuar las áreas de excavación que se
tendrán que llevar a cabo en los próximos 4 años.
En concreto se ha intervenido en la plataforma
intermedia de la ciudad, justo al lado de la muralla exterior e interior, que
la separa del barrio inferior. Esta actuación permitirá la ampliación futura
del área museográfica y, desde el punto de vista arqueológico, determinar el
carácter funcional del sector y obtener contenidos para el desarrollo del relato
histórico del yacimiento.
Todas estas evidencias nos muestran como la
construcción de la primera ciudad estuvo perfectamente planificada. No fue
únicamente un centro militarizado con unas imponentes murallas defensivas y una
urbanización en terrazas, que se adaptó, a la vez que transformó, la pendiente
natural de la montaña, tal como se formó en su fase fundacional, sino que fue
evolucionando y transformándose a lo largo del tiempo en un asentamiento de
funcionalidad más cotidiana
Se ha identificado los muros de delimitación
oriental y meridional de un gran edificio, de más de 28 metros de largo, se ha
estudiado el sistema de cimentación de la muralla exterior en este sector y se
han determinado los canales de circulación interior entre los barrios de la
ciudad, ya atestiguados por una escalinata en 2023 y ahora por una rampa,
bloqueados ambos en un periodo posterior, tal vez de los inicios de una etapa
de los inicios de la presencia islámica que empieza ahora a manifestarse.
Otra de las investigaciones apunta a la
identificación de un posible espacio residencial con una gran chimenea,
alrededor de la cual se han documentado numerosos restos de piezas destinadas a
la alimentación, quemadas durante su proceso de cocción. También destaca la
elevada concentración de caracoles que refleja su elevado consumo. Esto incide
en la idea que, durante el siglo VII, la ciudad perdería su función militar
original, y, poco a poco, se fueron ocupando los espacios contiguos a la
muralla.
A nivel material destacamos la recuperación de
numerosos restos de vajilla visigoda, así como evidencias cronológicas de
consumo que nos indican una ocupación residual pero todavía por determinar,
durante el inicio del periodo andalusí o en el siglo VIII.
A pesar de que la ciudad parece abandonarse durante
el siglo VIII no se descartan otras ocupaciones musulmanas posteriores y
esporádicas durante este periodo, aunque de marcado carácter agrícola.
En cuanto a la fase visigoda se han recuperado
evidencias de ánforas y de vajilla de mesa procedente el norte de África, un
cuello completo de una botella de vidrio, una hebilla o placa de cinturón
visigoda y numerosos restos de consumo.
El alcalde de Riba-roja, Robert Raga ha mostrado su
satisfacción por los resultados obtenidos en la nueva edición, “las
excavaciones siguen hilvanando la historia de las diferentes civilizaciones que
han pasado por nuestro territorio, que nos permitirán crear un relato que nutra
el futuro Centro de Interpretación Arqueológica de Valencia La Vella, único en
España y uno de los pocos testimonios históricos de la época visigoda que
existen”.
Formación
especializada
En esta novena excavación del Yacimiento han
participado alumnos y alumnas de diferentes universidades europeas, que han
tenido la oportunidad de conocer de cerca la metodología básica de excavación y
de análisis arqueológico, así como formación orientada específicamente a la
arqueología tardoantigua, su cultura material y su problemática histórica.
Durante estas dos semanas, los estudiantes han
combinado el trabajo de campo en el yacimiento con tareas de análisis de
resultados, así como distintas actividades paralelas, como sesiones teóricas y
visitas a yacimientos del entorno.
El curso ha alternado la excavación del yacimiento
con tareas de lavado, siglado y catalogación de los restos encontrados, visitas
a yacimientos tardoantiguos de la zona y algunas conferencias sobre aspectos
del mundo visigodo y cristiano. Además, pudieron mostrar al público los
resultados de sus trabajos en la Jornada de Puertas Abiertas que se llevó a
cabo el pasado 17 de julio en la que participaron de medio centenar de
personas.
Paralelamente, en la segunda quincena de junio se
llevó a cabo una campaña preliminar de excavación y limpieza gracias a la
subvención del área de cultura de la Diputació de València.
Las excavaciones continuarán tras el curso hasta
principios de agosto, en virtud a la colaboración iniciada con las
Universidades de Newcastle (Inglaterra) y la Friedrich-Alexander-Universität
Erlangen-Nürnberg (Alemania), con un grupo de estudiantes ingleses. Tras un
breve paréntesis, las actuaciones se reanudarán en octubre con la probable
participación de la referida universidad alemana.
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