La Serranía dice NO a ser zona de sacrificio
© Asociación Defiende tu Pueblo | Cientos de vecinos
de Villar y sus alrededores bajaron en autobús, acompañado por un convoy de
coches adornados con lazos verdes, para manifestarse el pasado 20 de enero de
2024, junto a otros miles de personas contra el despliegue caótico,
descontrolado y excesivamente permisivo de las energías renovables en el
interior rural de Valencia.
Los planes para la construcción de una planta de
biogás a 1.850 metros del casco urbano de El Villar se dieron a conocer a la
población el pasado mes de noviembre, pocos días antes de que el plazo para
presentar alegaciones finalizara. Asimismo, en la vecina Alcublas, la empresa
Enerhi proyectó una macroplanta solar sin consultar previamente a la opinión
pública. Estos son sólo dos ejemplos de cómo se niega a las poblaciones rurales
del interior de Valencia una voz efectiva en decisiones que tienen enormes
repercusiones en su modo de vida y en las economías rurales.
Bajo el lema "Minas, placas, biogás, ¿qué
queréis más?", Villar del Arzobispo expresó su descontento con la irracional
ubicación de los proyectos de energías renovables en la zona, reclamando que se
ubiquen cerca de donde realmente se necesitan, en línea con los objetivos de
una economía circular.
El Villar tiene una larga historia de proyectos
clasificados como “de utilidad pública" impuestos en la zona, como
demuestra la expansión incontrolada de numerosas canteras que llegan a invadir
los límites del casco urbano. Como explicó un residente, la nube de polvo sobre
el pueblo puede verse desde Cheste, a más de 40 km de distancia. Las
consecuencias para la salud de la población local son evidentes, con un mayor
riesgo de silicosis y cáncer de pulmón. También se prevee la eliminación de
unos 200,000 árboles y el desmantelamiento de innumerables paredes de piedra que
estabilizan el suelo de los bancales en un radio de 10 kms entorno a la
población, con el fin de levantar 16 macroinstalaciones por parte del fondo de
inversión multinacional Renovalia que sólo servirán para aumentar los niveles
de polvo atmosférico a los que está sometida la población local, y degradar,
aún más, un paisaje ya saturado.
Villar permaneció unido a Alcublas en la
manifestación, acudiendo entidades como la Asociación Defiende Tu Pueblo,
Villar Pueblo Vivo y Alcublas Rural. Con lazos históricamente sólidos entre los
pueblos de La Serranía, muchos habitantes de Alcublas no sólo se ven afectados
por los planes de Enerhi, sino también por los de Renovalia. El número de
asistentes puede cuestionar la reciente afirmación de Renovalia de que el 80% de
la población está de acuerdo con los planes de la empresa de cubrir 712
hectáreas de tierras agrícolas productivas con paneles solares (equivalente a
1000 campos de fútbol). Este controvertido porcentaje fue divulgado en medios
escritos tras una reunión informativa organizada por la propia Renovalia, a la
que, al parecer, sólo se invitó a quienes ya habían firmado contratos de
arrendamiento/compra con ellos, lo que da cuenta del ardid publicitario
empleado para manipular las cifras.
Entre otras muchas irregularidades, la ausencia de
un Plan de Participación Pública en todas las evaluaciones de impacto ambiental
de los proyectos expuestos a información pública por parte de Renovalia,
contraviene el Convenio de Aarhus de la UE, que establece como requisito legal
este Plan de Participación. Sin escrutinio alguno de estos informes por parte
de los vecinos, la afirmación “un 80% de los vecinos son favorables a estas
macroinstalaciones” es muy cuestionable
y solo se explica por la condición de los asistentes a la reunión que da
lugar a tal afirmación: propietarios que ya han suscrito un contrato con la
promotora.
Propiedad de un fondo de inversión israelí, Enlight,
la cartera de proyectos de Renovalia en la zona de Villar nunca se ha dado a
conocer al público en su totalidad, en gran medida porque se han fragmentado
fraudulentamente para eludir un trámite de evaluación de impacto ambiental por
parte del Ministerio que podría poner en riesgo el éxito del proyecto en su
conjunto. Además, los contratos de arrendamiento/compra de terrenos por parte
de empresas multinacionales como Renovalia, suelen contener cláusulas de
confidencialidad que obstaculizan la capacidad del público para, mediante
intercambio de información, sopesar eficazmente ”pros” y “contras”.
Resulta sorprendente que Renovalia, al presentar la
“responsabilidad social corporativa” desarrollada en Oaxaca, México, como
muestra emblemática de los posibles beneficios que El Villar recibiría, omitió
cualquier mención a la batalla judicial entablada en ese distrito mexicano,
donde su filial en el pais, DEMEX, perdió recientemente esta batalla contra las
comunidades indígenas propietarias de unas tierras usurpadas ilegalmente
mediante falsificación de documentos.
Sin proceso de Participación Pública legalmente reconocido,
y con 16 filiales responsables de sendos proyectos, aparentemente
independientes, propuestos en las inmediaciones de El Villar, ¿cómo puede la
población local tener la seguridad de que no le están tomando el pelo?
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