La sobrepoblación de jabalíes pone en jaque a la flora autóctona valenciana
Varias especies de flora autóctona que cubren de
verde los campos de cultivo mediterráneos como Oxalis pes-caprae (conocida
según zonas como ‘agret’, agrios, agricos o trébol) y Arisarum vulgare (llamada
por los agricultores ‘cresolera’, ‘rafa de frare’ o candilillos) están en el
punto de mira de los jabalíes y otras especies de fauna salvaje cuya población
se ha multiplicado sin control en los últimos tiempos.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA)
advierte de que las manadas de jabalíes se expanden geográficamente en busca de
alimento y agua, bajando de los montes a los huertos e incluso a las
urbanizaciones y ciudades. Uno de sus manjares más anhelados son los bulbos de
estas plantas, para lo cual hurgan en la tierra causando graves destrozos en los
campos. Para evitar el mal mayor de los continuados ataques de jabalíes, los
agricultores se ven obligados a realizar tratamientos con herbicidas que acaban
con esta flora pese a ser muy apreciada por el sector y tener como sustitutas
otras hierbas más díficiles de combatir. La pérdida de estas herbáceas afecta
negativamente a la biodiversidad del ecosistema, a la retención de la humedad y
a la protección de los suelos agrícolas.
AVA-ASAJA subraya que los jabalíes, al buscar esta
flora autóctona, hacen grandes e
irregulares agujeros que pueden provocar accidentes de las personas
trabajadoras que acometen alguna labor a pie o en tractor, rompen gomas de
goteo que causan un desperdicio de agua de riego y un sobrecoste económico a la
hora de reparar estas instalaciones hídricas, sacan las raíces de los árboles
al aire libre, ocasionando que éstas se sequen y disminuyan la productividad
del cultivo e, incluso, tumban plantones jóvenes hasta el extremo de provocar
su muerte.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado,
denuncia que “hay un exceso evidente de jabalíes y otros animales silvestres en
todo el medio rural que no sólo causa perjuicios a los agricultores, sino al
propio medioambiente y al conjunto de la sociedad. Los desequilibrios siempre
son malos y la responsabilidad de la Adminitración debe ser trabajar para que
haya un equilibrio que permita compatibilizar la protección de la fauna con la
protección del territorio, la salud y la seguridad ciudadana. Los ecologistas
radicales que dicen que las cifras oficiales están hinchadas y que no hay
tantos jabalíes como observa el sector agrario demuestran, una vez más, que no
pisan tierra y no conocen la realidad del campo desde sus despachos urbanitas.
La Administración debe dejar de hacer seguidismo de este ecologismo
pseudocientífico y estar con las personas que cada día cuidamos el medio
ambiente y, a la vez, producimos alimentos de calidad para la sociedad”.
..
Comentarios
Publicar un comentario