La Confederación Hidrográfica del Júcar tiene por objetivo recuperar el bosque de ribera en toda la demarcación
La Confederación Hidrográfica del Júcar, O.A., se
suma a celebración del Día Internacional de Acción por los Ríos haciendo
balance de las múltiples actuaciones de conservación y restauración fluvial que
viene desarrollando durante los últimos cinco años. Así pues, entre 2019 y
2022, el montante global de inversión por estos conceptos en la demarcación ha
superado los 13 millones de euros. Por su parte, para el presente ejercicio
2023 el importe presupuestado supera los 8 millones y pone de manifiesto el
empeño del Organismo por conseguir el objetivo de alcanzar el buen estado de
los ríos, que viene fijado en el Plan Hidrológico de la Demarcación, donde el
65 % de las medidas están destinadas al cumplimiento de objetivos ambientales
con el fin de alcanzar el buen estado de todas las masas de agua en el año
2027, horizonte del Plan.
Para recordar el origen de esta efeméride hay que
remontarse a marzo de 1997, cuando representantes de 20 países, durante el
Encuentro Internacional de Afectados por las Represas celebrado en Curitiba
(Brasil), acordaron declarar el día 14 de marzo Día Internacional de Acción por
los Ríos, con el objetivo de crear conciencia contra los proyectos de gestión
del agua que perjudican y amenazan los ecosistemas fluviales, así como de poner en valor la necesidad de recuperar
el buen estado ecológico y químico de nuestros ríos, exigiendo tanto a las
autoridades y administraciones competentes como a personas usuarias el
ejercicio de acciones coordinadas para la consecución del objetivo.
La Confederación está ejecutando diferentes
intervenciones para trabajos de conservación y restauración con el objetivo de
mejorar el estado de los ríos. Desde el organismo se llevan a cabo trabajos de
recuperación de bosques de ribera en cauces ocupados por especies exóticas
invasoras, mayoritariamente Arundo Donax, la eliminación de barreras
artificiales en los ríos con el fin de recuperar su continuidad longitudinal,
actuaciones de recuperación del espacio fluvial mejorando el comportamiento
hidrológico durante las inundaciones, además de trabajos de mejora y adecuación
de espacios de alto valor ecológico como son las Reservas Naturales Fluviales
(RNF). Con estas actuaciones se prevé recuperar a final de año alrededor de 50
kilómetros de río a lo largo y ancho de la demarcación.
Recuperar el
bosque de ribera
Una parte importante del presupuesto destinado a la
mejora del estado de los ríos de la demarcación va dirigida a la restauración
del bosque de ribera autóctono, en los tramos que se encuentran degradados por
la presencia de la especie exótica invasora Arundo Donax, más conocida como
caña común. Su proliferación en los cauces provoca numerosos perjuicios a los
ríos y su entorno, por lo que erradicarla se ha convertido en uno de los
trabajos principales de la Confederación en materia de restauración.
Los trabajos inherentes a estas actuaciones
singulares consisten, generalmente, en una primera fase de eliminación del
Arundo Donax, tanto de la parte aérea de la planta como de sus raíces.
Posteriormente, se adecúa el terreno y se cubre mediante lonas opacas para
evitar rebrotes y agotar el rizoma. Por último, se efectúa una plantación de
especies de ribera autóctonas, que requerirá de un mantenimiento posterior,
sobre todo durante los primeros tres años tras la finalización de los trabajos.
Actualmente, el Organismo tiene en marcha 54 actuaciones de restauración
fluvial repartidas en un total de 32 cauces de la Comunitat Valenciana.
Dada la concurrencia de competencias de las
distintas administraciones, estas actuaciones se enmarcan, en la mayoría de
casos, dentro de protocolos o acuerdos de colaboración entre la Confederación,
la Generalitat Valenciana y los ayuntamientos, que se encargan del
mantenimiento posterior. Se trata de trabajos que, además, se complementan con
otros similares que realizan estas administraciones bajo la supervisión de la
Confederación, y que son imprescindibles para lograr el buen estado de los
ríos. En el año 2022, el Organismo de cuenca otorgó un total de 226
autorizaciones para realizar este tipo de actuaciones de mantenimiento y
conservación en la demarcación.
Recuperar la
continuidad longitudinal de los ríos
Recuperar la continuidad longitudinal de los ríos de
la demarcación es otro de los objetivos principales de la Confederación
Hidrográfica del Júcar. De acuerdo con el proyecto AMBER (Adaptive Management
of Barriers in European Rivers), los ríos europeos cuentan con más de un millón
de barreras artificiales, una circunstancia que provoca una importante
fragmentación en muchos de ellos y afecta de manera directa a la fauna,
impidiendo, por ejemplo, que los peces puedan alcanzar las zonas de freza. Con
el tiempo, esta problemática puede derivar en una pérdida de diversidad
genética e incluso en la extinción de las especies.
Infraestructuras hidráulicas como azudes y presas,
que en su momento fueron esenciales para el almacenamiento y la extracción de
agua, se encuentran hoy en desuso y abandonadas, constituyendo un obstáculo
para el tránsito de los peces y el transporte de sedimentos, así como un riesgo
para las personas que pueden acceder a estas zonas. Por ello, pese a que existen diferentes
técnicas para la permeabilización de este tipo de infraestructuras, la
demolición es la opción que permite atajar todos los problemas de forma más
eficaz.
Cabe recordar que la Directiva Marco del Agua
establece como objetivo la consecución del buen estado de las aguas. Para ello,
la Estrategia de la Unión Europea sobre Diversidad para 2030 recoge como meta
la recuperación de la conectividad longitudinal en, al menos, 25.000 kilómetros
a través de la demolición de obstáculos en desuso.
La Confederación Hidrográfica del Júcar está
realizando un importante esfuerzo en la conservación de los cauces públicos y
el cumplimiento de los objetivos dictados por la Unión Europea. Hasta el
momento, se han demolido un total de 37 azudes, siendo las actuaciones más
recientes las que supusieron la eliminación del azud de Molí de Malanya en
Bellús (València) y de la presa de Henchideros en Valdeganga (Cuenca).
Se trata de actuaciones que no comportan, en
términos generales, un desafío técnico, aunque los pasos previos para demoler
estas infraestructuras sí que suponen un verdadero reto para la Confederación,
ya que la casuística asociada a cada una de las infraestructuras es muy
diversa. Es por ello que la coordinación y consenso con los agentes implicados
en el proceso es esencial, y la solución propuesta en cada uno de los casos
debe respetar los condicionantes ambientales, salvaguardar los valores
patrimoniales y eliminar el riesgo para las personas. De igual forma, es
importante reseñar que la experiencia muestra que, una vez eliminada la
infraestructura, la población acoge de forma positiva la actuación ante la
evidencia de recuperación del medio natural fluvial.
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