Los científicos de la Serranía, a la vanguardia de la ciencia médica internacional
Un equipo de La Fe identifica alteraciones mitocondriales que avisan del rechazo tras un trasplante de corazón | El chelvano, Manuel Portolés, y la tuejana, Estefanía Tarazón, forman parte del grupo de trabajo de este avance pionero
Investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) han descubierto un complejo mitocondrial, en el suero de pacientes trasplantados de corazón, que permite conocer, con una sensibilidad mayor del 95 %, si existe rechazo del órgano trasplantado.
Hasta el momento, tal como detalla el diario LaRazón, el estándar mundial para diferenciar el rechazo tras un trasplante
cardíaco es la biopsia endocárdica, un método invasivo, al que se someten los
pacientes en varias ocasiones durante el primer año posterior al trasplante. La
biopsia, que se analiza histológicamente, tiene muchas limitaciones, muestra
una gran variabilidad en su resultado y es poco sensible a la hora de detectar
rechazo en ausencia de alteraciones histológicas. El Grupo de Investigación en
Disfunción Miocárdica y Trasplante Cardiaco, en un trabajo publicado en
American Journal of Transplantation, ha descrito el alcance del hallazgo de
importantes alteraciones en el complejo mitocondrial para el transporte de
calcio MCU en el suero de pacientes con rechazo celular agudo.
Un nuevo
biomarcador en sangre frente a la biopsia endocárdica
El complejo MCU (mitocondrial calcium uniporter)
consiste en una serie de proteínas que regulan los niveles de calcio en la
mitocondria. Así, cualquier alteración de este complejo altera el flujo de
calcio, la síntesis de ATP o el transporte de electrones en la mitocondria,
etapas fundamentales para el mantenimiento energético de las células cardíacas.
Estas alteraciones modifican el potencial de membrana, incluso la estructura
del propio orgánulo y su capacidad para generar energía en las células del
corazón, elementos esenciales para su contracción. Estos cambios a nivel
cardíaco además son reflejados en la sangre de estos pacientes.
El rechazo celular agudo puede llegar a tener una
incidencia de hasta el 30%, y por ello, es necesario disponer de técnicas más
sensibles y precisas que identifiquen este proceso lo antes posible para poder
modificar el tratamiento farmacológico en estos pacientes. La técnica utilizada
por los investigadores del CIBERCV y del IIS La Fe, -detección de niveles de
RNA mensajeros- no es invasiva y se puede realizar con una simple extracción de
sangre.
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la
primera causa de muerte en España, incluso en tiempos de la Covid-19. Por cada
fallecimiento provocado por SARS-Cov-2 hay más de 3 por enfermedades del
corazón. La insuficiencia cardiaca afecta al 3% de la población mayor de 45
años y al 9% de más de 74 años y, además, representa el 3% del gasto sanitario
español.
El trabajo ha sido realizado por las doctoras
Estefanía Tarazón, Esther Roselló-Lletí, la investigadora predoctoral Lorena
Pérez-Carrillo, y los doctores Luis Martínez-Dolz y Manuel Portolés, todos
ellos del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Fe, junto a Juan
Carlos Triviño de Sistemas Genómicos, y la participación de investigadores del
Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
El descubrimiento de los investigadores valencianos
ha merecido la atención especial de la Sociedad Americana de Trasplantes que
les ha dedicado un editorial, que aparecerá junto al artículo el próximo mes de
febrero. Los doctores Palak Shah (Inova Heart and Vascular Institute), Hannah A
Valantine (Stanford University) y Sean Agbor-Enoh (Johns Hopking School of
Medicine) de los EE. UU., autores del editorial, han destacado la importancia
no solo de identificar el complejo MCU como biomarcador diagnóstico de rechazo
celular en el trasplante cardiaco, sino también como una de las bases moleculares
del rechazo celular. El editorial anima a seguir investigando en esta nueva
área para comprender los mecanismos del proceso de rechazo, y para ofrecer
nuevas terapias que mantengan la salud del injerto después del trasplante.
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