Hallan en Vilamarxant una especie de chinche cavernícola desconocida hasta hoy
Se trata de la 'Valenciolenda fadaforesta', una especie hallada en cuevas valencianas y relicto de una antigua fauna ya extinguida | Ha sido encontrada en les Rodanes de Vilamarxant y en la Sierra Calderona
Un estudio internacional con la participación del Museu d'Història Natural de la Universitat de València (UV) ha realizado el primer registro de un Kinnaridae cavernícola del Viejo Mundo.
Se trata de la
'Valenciolenda fadaforesta', una especie hallada en cuevas valencianas y
relicto de una antigua fauna ya extinguida. La singularidad de sus
características obliga a establecer un nuevo género de hemípteros, subraya la
institución académica en un comunicado.
El trabajo, publicado en la revista Subterranean
Biology, describe esta criatura diminuta de morfología excepcional, ausencia de
ojos y ocelos, pigmentación pálida y alas vidriosas bordeadas de un ribete de
pelos cerosos de color azul brillante en los machos, que evoca imágenes de un
hada. De ahí su nombre, 'Valenciolenda fadaforesta', el hada de los bosques
valencianos, ya que los ejemplares estudiados fueron hallados en las reservas
naturales de la Sierra Calderona y Les Rodanes de Vilamarxant.
Un equipo internacional de investigación liderado
por la Humboldt-University (Berlin, Alemania), del que forma parte el biólogo
Sergio Montagud (Museu d'Història Natural de la UV), acaba de proporcionar
información sobre la ecología, el comportamiento, la distribución y el estado
de conservación de esta nueva especie de chinche cavernícola de la familia
Kinneridae.
Como el resto de los hemípteros, los insectos de
esta especie se alimentan de savia de las plantas y árboles que alcanzan
gracias a su pico o estilete. En su caso, la obtienen de las raíces que
penetran hasta las cuevas. Las ninfas, como es habitual, no presentan alas. Sin
embargo, los adultos las tienen bien desarrolladas, lo que contrasta con el
tipo de vida subterráneo.
«Se trata de una especie muy interesante», comenta
Sergio Montagud. «Especialmente los machos exhiben ornamentaciones muy
acusadas, que se han observado en otras especies cavernícolas y cuya función
desconocemos. No creemos que puedan volar, pero son capaces de dar saltos
considerables y pueden utilizar las alas para planear», señala.
El registro de este hemíptero ancestral, cuyas características
le confieren suficiente singularidad para establecer un nuevo género de
hemípteros, se incorpora al ZooBank y al GenBank -bases de datos
internacionales de nomenclatura zoológica y secuencias genéticas- para aportar
nuevos datos al estudio de la biodiversidad subterránea.
Parte de su importancia radica en su
excepcionalidad: es el primer registro de un kinnárido cavernícola del Viejo
Mundo; el primer registro también de un hemíptero cavernícola de la España
continental, y supone la séptima especie de kinnárido cavernícola del mundo.
La propia inexistencia de representantes de esta
familia en Europa continental refuerza el interés biogeográfico de este
descubrimiento. «Valenciolenda desciende de una especie que en su día fue
epígea, es decir, no subterránea, y que debió vivir en un ecosistema y entre
una fauna completamente diferentes», explica el biólogo.
«Aquellas condiciones cambiaron y los actuales
representantes de la familia se distribuyen en zonas lejanas. Valenciolenda se
adaptó al mundo subterráneo como superviviente de aquella fauna hoy
desaparecida, al igual que hay otras especies de invertebrados relictos en
cuevas valencianas que nos hablan de aquellos pasados extintos, como el
coleóptero Ildobates neboti», añade.
El inesperado descubrimiento de 'Valenciolenda
fadaforesta' en una cueva ibérica pone de relieve la importancia de la
biodiversidad subterránea. El estudio de las faunas de las cuevas puede
proporcionar información valiosa sobre la historia evolutiva y biogeográfica de
los organismos y sus adaptaciones al medio subterráneo, pero fundamentalmente
aporta a la ciencia datos sobre la composición de los ecosistemas del pasado y
sobre el desarrollo y evolución de la biodiversidad en la Tierra. «Junto a los
fósiles, los organismos cavernícolas son, hoy por hoy, nuestra mejor ventana al
pasado», concluye Montagud.
En el estudio han participado investigadores de la
Humboldt-University (Berlin, Alemania), la Universitat de València, el
Ajuntament de València y la Universidade Federal de Lavras (Minas Gerais,
Brasil).
.-
Comentarios
Publicar un comentario