La ribera del Turia se queda sin playas fluviales

La crecida del río ha alterado el paisaje y la seguridad sigue siendo la prioridad, lo que podría llevar a la prohibición del baño en las playas fluviales este verano

La ribera del río Turia, conocida por su alto valor paisajístico y medioambiental, tardará en recuperar su aspecto habitual tras los graves efectos de la última DANA. La crecida del río ha provocado desprendimientos, erosión en las orillas y acumulación de sedimentos, afectando especialmente a las zonas de baño y rutas turísticas de la comarca.

Los municipios ribereños han solicitado mayor rapidez en los trabajos de restauración, conscientes del impacto que la situación puede tener en la actividad turística de la zona. Sin embargo, han dejado claro que la seguridad es la prioridad absoluta, por lo que se estudia la posibilidad de mantener cerradas las playas fluviales durante el verano, ante el riesgo de corrientes imprevisibles y suelos inestables.

Recuperación y medidas de seguridad

Las tareas de recuperación incluyen la limpieza de escombros, refuerzo de taludes y revisión de accesos, así como la valoración del estado de las zonas habilitadas para el baño. Los expertos advierten que el río aún podría tardar meses en estabilizar su cauce, lo que hace necesario extremar las precauciones antes de permitir el regreso de visitantes a las áreas más afectadas.

A pesar de la demanda de agilizar los trabajos, las autoridades locales insisten en que cualquier decisión deberá basarse en informes técnicos, asegurando que el entorno vuelva a ser un espacio seguro antes de su reapertura. Mientras tanto, los municipios afectados continúan trabajando en la rehabilitación de senderos, infraestructuras y espacios naturales para garantizar la recuperación de un entorno clave para el turismo y el medioambiente.

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