"La situación actual es de insuficiencia de lluvias pero no crítica para los embalses"
+ TURIA | España, en prealerta por sequía, espera la
lluvia de otoño para asegurar 2018 / El embalse del Benagéber, al 40%, 24
puntos por debajo de la media de la última década
Embalse
de Benagéber (18 de mayo de 2017). Fotografía : Juan Carlos Ballester
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España se encuentra en "prealerta" por
sequía meteorológica y aunque, de momento, no es una fase dramática, hay que
esperar las lluvias de otoño e invierno para asegurar el abastecimiento de agua
en todos los usos en el año 2018.
En las cuencas del Júcar (con los embalses al
39,6 % de su capacidad) y Segura (al 32,7 %) el indicador de sequía ha caído a
valores de emergencia, debido a su dependencia de la cabecera del Tajo (el
trasvase está también en valores de emergencia), por lo que permanece vigente
el Real Decreto que declara la situación de sequía en ambas demarcaciones.
El director del Observatorio del Agua de la
Fundación Botín, Alberto Garrido, ha manifestado que no le sorprenden los
niveles bajos de agua en las cuencas del Júcar y Segura, realidad habitual año
tras año debido a que se ha sustituido el sistema de almacenamiento de los
embalses superficiales por otro de balsas de regulación privada y los usos de
aguas subterráneas por reutilizadas o desaladas.
El estado de la sequía en España "todavía no
es muy preocupante", ha señalado a EFE Alberto Garrido, quien ha incidido
en la necesidad de un "seguimiento exhaustivo y detallado" de la
evolución para aplicar los protocolos y planes de sequía y evitar la
improvisación.
Desde el punto de vista meteorológico, la
situación actual es de insuficiencia de lluvias pero no crítica para los
embalses, y ha recalcado que donde más se percibe el impacto de la sequía es en
el sector agrícola, aunque se ha mostrado esperanzado de que las últimas
lluvias ayuden a salvar las cosechas de secano.
En este punto, ha recordado que los agricultores
y ganaderos han podido protegerse contra la sequía con seguros agrarios, cuyas
primas están subvencionadas.
Durante los últimos meses, y salvo excepciones,
la escasez de precipitaciones ha predominado en toda España, especialmente el
pasado abril, un mes muy seco en conjunto, con una precipitación media de 26
litros por metro cuadrado, lo que supone el 40 % de la media de este mes,
cifrado en 65 litros por metros cuadrado.
Según la Agencia Estatal de Meteorología
(Aemet), este abril podría ser el mes más seco desde el comienzo del siglo XXI.
Respecto al agua embalsada, los últimos datos
del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama),
reflejan que en la primera quincena de mayo, la reserva actual de agua acumula
32.406 hectómetros cúbicos (57,9 %), un porcentaje muy alejado tanto de la
media del año pasado (75,4 %), como la de los últimos 5 años (77,7 %) y de la
del decenio (73,8 %).
Para Garrido, estas cifras evidencian el periodo
seco actual y ha enfatizado en que la cuestión principal radica en cómo
evolucionará la meteorología.
El experto, Catedrático de la Universidad
Politécnica de Madrid (UPM), ha explicado que, a pesar de esas cifras, el
sistema hidrológico español, en general, puede aguantar sin problemas un año
con los embalses al 15 o al 20 por ciento menos de su capacidad total, debido a
que es un rango de variación relativamente normal.
"Sí la sequía se prolonga en 2018, la
situación será de emergencia con carácter general en la mayoría de las
cuencas".
Según el Ministerio de Medio Ambiente, y con los
últimos datos relativos a 1 de abril de 2017, la evolución más negativa de los
últimos meses se ha producido en el noroeste peninsular, sobre todo en algunas
zonas de Miño-Sil y Duero, donde esta última se encuentra en situación de
alerta, con algunas zonas como las del Carrión y Támega-Manzanas en valores de
emergencia.
Otras cuencas, como el Sil inferior y Limia
(Miño-Sil), Agüera y Gandarillas (Cantábrico Occidental), Salado de Morón
(Guadalquivir) y Regadíos del Najerilla (Ebro), también están en valores de
emergencia.
La cuenca más "vulnerable" es la del
Guadalquivir, ya que tiene menos capacidad de regulación con respecto a los
usos que las otras grandes cuencas españolas. EFE
Embalses de la cuenca del Turia
En el caso de los embalses comarcales, la
situación no ha variado excesivamente en las últimas semanas. Los datos
ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Júcar reflejan la situación
preocupante del pantano de Benagéber, que se encuentra rozando el 40% de su
capacidad, 4 puntos por encima del año pasado y 24 por debajo de la media de
los últimos diez años.
Loriguilla, por su parte continúa en paulatino
descenso aunque de manera poco significativa, con un 30% de agua embalsada,
cantidad similar a estas mismas fechas en la última década. Buseo continúa al
100%.
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